Friday, 1 May 2015

Investigación: Impresión 3D y la tercer ola industrial

Hace cuatro años ingenieros de distintas partes del mundo comenzaron a investigar si era posible imprimir en 3D. La teoría señala que si uno imprime un contorno en muchas hojas y luego las corta, obtendría un objeto en tres dimensiones. En primera instancia, imprimían Budas o Yodas pero hoy en día no son pocos los especialistas que ven en la impresión 3D la antesala de una nueva revolución industrial. Modelos y costos de adquisición de los equipos de fabricación nacional. Las nuevas aplicaciones en medicina y música 

-Hola... te hago una consulta... ¿Hacen maniquíes de perros?

Estas son algunas de las preguntas que reciben los fabricantes de impresoras 3D en nuestro país casi todos los días. Es que lo innovador de esta tecnología es la posibilidad de tener una utilización en cualquier rubro: computación, medicina, industria textil, decoración, etc. "Fue un recorrido y todavía lo es. Es difícil por que abarca todos los ámbitos. Constantemente recibimos emprendedores con diferentes propuestas y tratamos de asesorarlos para que su proyecto no quede simplemente en una idea", cuenta Cristian D'Lucca, empresario y socio de Kikai Labs, primer empresa fabricante de impresoras 3D en Argentina. 

La impresión 3D llegó a nuestro país a mitad del 2012 cuando la empresa Kikai Labs decidió desarrollar la primer impresora: la Marker T105. "Todo comenzó con 'geeks' que se bajaron un plano, mandaron a cortar piezas y armaron castamente una impresora 3D y empezaron a comercializar", continuó D'Lucca. Hoy en día, la primer impresora de Kikai se encuentra en su modelo 145 a un precio de $23,900. Este tipo de impresora utiliza una tecnología denominada FFF (Fused Filamento Fabrication): el filamento plástico es la materia prima con la que trabajan mas máquinas. La "tinta" es de 1,75mm de diámetro y solía importarse desde China hasta que la familia Cea, de La Pampa, decidió comenzar con un emprendimiento familiar y crearon la empresa Megaloceros 3D que se dedican a fabricar y comercializar moldes y matrices para fundición utilizando impresoras 3D. 

DESTINO MEXICO Y BRASIL 
El filamento, una vez fundido por el calor, va formando capa a capa el producto final. El tamaño de lo que se quiera imprimir y las horas que durará el proceso determinará el precio del producto. Por una hora de impresión se paga $120: hay máquinas que pueden imprimir hasta cien horas interrumpidas. Rubén Juárez es licenciado en informática y director de la empresa Zootec 3D, otro fabricante argentino, y cuenta que "la impresión 3D tiene la particularidad que vos podes indicarle cuanta cantidad de material quieres darle de relleno y eso impacta directamente en la duración, por ende, en el precio". Juárez es, además, socio de 3DLab, un bar ubicado en Palermo Hollywood (Costa Rica 5198) donde se puede ir a imprimir objetos en 3D mientas comes o tomas un café. Este bar, con 3 años de antigüedad, concentra a los principales fabricantes de nuestro país: "La idea es que estén todos aquí y comenzar a tener presencia internacional y que un representante lleve varios productos locales", sueña Rubén que por ahora su empresa tiene presencia en Perú. Kaki Labs mantiene negociaciones de México y Brasil para exportar las máquinas fabricadas por ellos en Argentina. 


3DLab exhibiendo las impresoras CH-101 de Chimak
y dos MiniMax HQ de Zootec 3D

También concentran los materiales aunque entiende que "todavía hay algunos exclusivos que se fabrican en algunos puntos del mundo como Alemania, Holanda o China y nosotros los importamos" pero de a poco van generando sus propios recursos y el precio de la materia prima va disminuyendo. Hoy en día, los rollos de filamentos, que pueden ser de nylon o ABS, tienen un valor de $450. El bar, a su vez, brinda cursos de aprendizaje desde como funcionan las impresoras hasta como realizar una. Los cursos van de $300 a $1200 con inscripción previa en la página oficial

Las otras empresas fabricantes en nuestro país son Trimaker, Chimak y Replikat que también imprimen únicamente en plástico. En países como Estados Unidos o China, donde la investigación es mas avanzada, ya se puede imprimir con metales y hasta con oro. Los precios de las impresoras, en cualquiera de estas empresas, van desde los $21,000 a $43,000. 

ORTOPEDIA 3D
La respuesta fue no. No tenían un maniquí de perro. Pero lo tomaron como un desafío. La propietaria de un local de ropa y artículos para perros en Palermo, no conseguía un maniquí por ningún lado. No solo no hay sino que mandar a hacer uno requería que mínimo se encargue diez.

Luego de pasar varias veces por la puerta de Kikai camino a su local, decidió pasar a preguntar. Se ofreció para dibujar a su propio perro en varios ángulos y Kikai diseñaría la pieza con un software de dibujo en 3D para finalmente imprimir el producto. El resultado fueron dos bulldogs francés que hoy lucen en la vidriera de su local. 


El maniquí luce en las vitrinas de la fabrica de Kikai
Labs junto con otros productos impresos
Pero la nueva tecnología también ingresó en la medicina: Kikai trabajo junto al Dr. Carlos Sancinetto, traumatológico del Hospital Italiano, en la impresión de una pelvis de uno de sus pacientes que debería ser intervenido quirúrgicamente. La posibilidad de imprimir partes del cuerpo humano en plástico antes de operaciones es un trabajo que trae muchos beneficios tanto para los doctores, que operan únicamente con la resonancia magnética -es decir, una imagen en 2D que retienen en su cabeza en el momento de la operación- y también para el paciente, que pasa menos tiempo en el quirófano, tiene menor riesgo y mejor post-operatorio.

La operación de pelvis tuvo una optimizaron de tiempo del 25%: "la idea es que este año se empiece a replicar esta situación, de que se imprima previo a una operación quirúrgica, el modelo que sale de una tomografía para que los cirujanos programen previamente. Es decir, se sienten con su equipo y digan: 'bueno, esta es la pelvis del paciente, ¿como te parece intervenirla?", cuenta Cristian D'Lucca, empresario y socio de Kikai Labs que acompaño al Hospital Italiano en todo el proceso de la impresión de la pelvis en 3D. 

Rodrigo Pérez Weiss, emprendedor fundador del 3DLab, realizó varias prótesis para personas que nacieron sin alguna de sus manos. La primera fue para Felipe Miranda de 11 años de Tres Algarrobos, Provincia de Buenos Aires. Partiendo de una foto de su mano, imprimieron una prótesis y al día siguiente Felipe ya podía levantar un mate y andar en bici. Otro caso fue el de Eduardo Baldi que había perdido su mano derecha a los 14 años y comprar a las empresas de prótesis le costaba us$20,000 (aproximadamente 180.000 pesos), impagable para él. Luego de contactar a Rodrigo, pasó por el 3DLb y le tomaron medidas. El resultado fue una prótesis de $40,000 que hoy en día utiliza diariamente. 

MUSICA IMPRESA
En el Laboratorio del Centro Metropolitano de Diseño, CDLlab, de la Ciudad de Buenos Aires, realizaron a fines de 2014 una guitarra sustentable impresa en 3D junto con el luthier Fernando Cipollone que ya tiene experiencia en el desarrollo de guitarras artesanales. La guitarra contiene 45% menos de madera que las guitarras tradicionales y es la primera de toda Latinoamérica. La impresión se realizó con filamentos de PLA, material de origen termoplástico que se obtienen a partir de la caña de azúcar y es biodegradable.

La impresión 3D y la fabricación digital pueden ayudar a encarar problemas globales como la utilización de madera para guitarras o la tala indiscriminada de árboles. "La difusión de la impresión 3D apunta a la disrupción del modelo de negocios de muchos sectores de la economía", advirtió Francisco Cabrera, Ministro de Desarrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires. "Lo que sucede con la impresión 3D es el resultado de que el futuro esta entre nosotros, hoy solo lo podemos ver en laboratorios especializados, pero cuando menos lo imaginemos seguramente tengamos a mano una impresora 3D en casa o en el trabajo", continuó. 

Actualmente, la Fabber M11 es el último modelo de la empresa Kikai Labs. Cristian D'Lucca estima vender aproximadamente 800 impresoras de este modelo en 2015. La Ciudad de Buenos Aires ya compró 25 en la pre-venta a un precio de $42,000 para llevar al CDMlab. Cabrera reconoce que la innovación es una fuerza en movimiento aquí y en el mundo, "no queremos quedar afuera, los argentinos tenemos que formar parte de este cambio". Es por esto que brindan cursos tanto para fomentar la fabricación local y la sustentabilidad y para democratizar el acceso a las nuevas tecnologías. Los cursos son gratuitos y de dos meses de duración y esperan este año capacitar a más de 870 personas.  



Hoy en día el mercado en Argentina se maneja a prueba y error. Probar algo nuevo que finalmente no funcione es perder 20 centavos de plástico y una hora de impresión. Por eso, las empresas están en constante desarrollo tratando de llevar esta tecnología a una escala menor y a un precio mucho mas accesible. En el campo de la medicina, apenas se esta investigando en laboratorios privados, pero hoy en día el mercado no pasa por eso. Los empresarios argentinos se impactan mucho mas con propuestas de nicho que siguen siendo increíblemente innovadoras y que antes eran impensadas. 

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